Tecnología de punta, descuidos de fondo.
Cuando el detalle humano se convierte en el eslabón perdido de la producción high-tech.
ENGLISH VERSION - “AI precision, human omission”
En este reciente comercial protagonizado por Will Smith, se usaron diversas tecnologías de inteligencia artificial para clonar su voz en varios idiomas y adaptar visualmente los labios mediante la herramienta LipDub AI, que modifica la sincronización fonética de modo que las palabras parecen coincidir en cada idioma. Sin embargo, hubo una falta evidente de revisión humana en la traducción al español.
En el anuncio, Smith menciona en español que desea visitar una «vinícola» en Argentina. El problema es que vinícola se usa en portugués para referirse a una bodega de vino, pero en español, vinícola tiene un uso más limitado como adjetivo, mientras que el término correcto para el lugar donde se produce y almacena vino sería bodega o cava. Es evidente que el término fue calcado directamente del portugués sin considerar si realmente se adecuaba al español, lo que resulta en una frase que no suena natural para el público hispanohablante.
Está claro que la publicidad está dirigida al público brasileño, ya que la mayor parte está en portugués. Sin embargo, considero que todos los idiomas recreados deberían haber recibido el mismo nivel de revisión y cuidado.
Este error sugiere que, aunque se invirtió en tecnología avanzada para crear una apariencia visual y auditiva coherente, no se prestó la misma atención al control de calidad lingüístico y cultural. Un error de traducción puede afectar mucho más la naturalidad y autenticidad del doblaje que cualquier desajuste en la sincronización labial, impactando de manera negativa la percepción del mensaje para el público hispanohablante. Esto sucede a pesar del uso de herramientas tecnológicas avanzadas en la producción, ya que la calidad y coherencia lingüística no se compensan únicamente con efectos visuales.
Resulta sorprendente que en un comercial de alto costo, con un solo diálogo en español, no se haya realizado una revisión adecuada para garantizar su precisión. Es irónico, porque el anuncio buscaba justamente destacar las capacidades de una herramienta de traducción, y sin embargo, la falta de una revisión por un profesional nativo empaña el mensaje final.
Este error subraya la importancia de contar con un control de calidad exhaustivo, donde un profesional humano pueda evaluar y corregir detalles críticos. No se trata únicamente de una traducción precisa, sino de asegurar que se mantengan la naturalidad y la coherencia cultural del contenido. Al no destinar una pequeña fracción del presupuesto para corregir esta única frase, se corre el riesgo de que un error básico, pero significativo, afecte la percepción del comercial, el servicio, y la propia marca. Aunque la publicidad es de un banco y no específicamente del servicio de traducción, el haber sustentado la campaña en la idea de traducir a varios idiomas termina jugando en contra. Este error lingüístico no solo empaña la presentación del producto bancario, sino también la manera en que el comercial comunica sus ventajas, subestimando la importancia del toque humano en la localización.
Impacto en la percepción del espectador
El uso incorrecto de terminología o errores en el tono pueden afectar profundamente la manera en que el espectador percibe un producto audiovisual doblado. Para el público, estos errores no son solo distracciones; son rupturas en la inmersión que el contenido intenta lograr. En el caso de la traducción de un término como «vinícola» en lugar de «bodega», no solo se comete un error lingüístico, sino que también se rompe la cohesión cultural. Para un espectador hispanohablante, ese error puede sonar extraño e incluso incorrecto, lo que genera una desconexión con el contenido. En un entorno tan competitivo como el actual, donde abundan las opciones de entretenimiento, cada detalle cuenta para mantener la atención y lograr una experiencia de visualización satisfactoria. Estos errores se traducen en una pérdida de credibilidad, y lo más grave es que el espectador puede acabar con la impresión de que el contenido se produjo apresuradamente, sin atención al detalle, lo que afecta la confianza y la imagen del creador del contenido.
Los costos de un error en la localización
La ironía en el caso del comercial de Will Smith radica en el contraste entre la inversión evidente en tecnología y talento, y el aparente ahorro en un aspecto esencial como es la revisión lingüística. Se invierten enormes cantidades de dinero para crear un producto visualmente impactante y con un rostro famoso que garantice atención global, pero un error así puede desacreditar todo el esfuerzo y el presupuesto invertido. No es solo un fallo lingüístico; es un fallo en la estrategia de mercado. El público percibe estos errores como una señal de descuido y falta de respeto por el idioma y la cultura local, lo que puede llevar a que se cuestione la calidad del producto en su totalidad.
Además, si pensamos en términos de marketing, un error de esta naturaleza no solo afecta al anuncio específico, sino también a la marca. La imagen de una empresa o servicio se basa en la percepción de su competencia y precisión, y cuando se cometen errores de traducción evidentes, la confianza en la marca puede reducirse considerablemente. Esto es algo que, en última instancia, puede afectar la fidelización del cliente, que es lo que, a largo plazo, mantiene la relevancia y éxito de una marca. Y todo esto podría haberse evitado con una inversión menor en un control de calidad adecuado, que es insignificante en comparación con los otros costos de producción.
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Siempre tan preciso, Sebas. Sí, es un descuido, porque no se cuidó el producto. "Vinícola" está concretamente mal. Creo que el problema radica en que el público está en modo "fascinado" con la IA y le "permite" errores porque es "tan grosa por otro lado". Pero sabemos que no es así, no es tan así. Además, qué robótico y artificial se ve Willy, ¿no? Un poco creepy.
Querido Profe,
Pues en esta ocasión no estoy muy segura que se trate de un descuido. Para mi el sospecho de siempre es ese recochino "español neutro". Lo digo porque el término "bodega" tiene significados muy diferentes en los distintos dialectos del español, por lo que no habría sido adecuado tampoco. Y
más o menos sucede lo mismo con "cava", que no siempre evoca la venta. Si bien el término "vinícola" tampoco es ideal, al
menos remite a un lugar de compra de vinos.