La sincronización labial en el doblaje: ¿Cuándo es realmente necesaria?
Sincronía labial, sincronía fonética, lipsynch, etc...
La sincronización labial en el doblaje es uno de esos temas que generan debates entre quienes trabajan en la industria. Algunos la consideran un requisito innegociable, otros definitivamente la ignoran, mientras que otros la tienen en cuenta dependiendo del tipo de contenido. Pero, ¿es realmente indispensable en todos los casos? Veamos en qué situaciones es prioritaria y en cuáles puede flexibilizarse sin afectar la experiencia del espectador.
¿Qué es la sincronización labial y cuándo importa?
El doblaje sincronizado busca que el movimiento de los labios del actor original coincida lo mejor posible con la versión doblada. Para lograrlo, los guionistas de doblaje deben adaptar los diálogos respetando no solo el significado, sino también la duración y los sonidos clave que se forman con los labios.
Aplicación selectiva del lipsync
La decisión de aplicar un lipsync preciso depende de varios factores que van más allá de la simple búsqueda de sincronización con los movimientos labiales del actor en pantalla.
1. Justificación del material
No todo contenido audiovisual requiere una sincronización labial exacta. En documentales, realities o ciertas producciones de no ficción, la naturaleza del material hace que una traducción fluida y bien adaptada sea más relevante que la precisión en la articulación de los labios.
No está de más aclarar que muchas de estas cosas se doblan en Voice-over U.N. Style y por supuesto ahí no tenemos sincronización labial.
2. Tamaño del plano y visibilidad
El grado de detalle en los movimientos labiales depende de la puesta en escena. En el cine, los primeros planos hacen más evidentes los desajustes entre el audio y la imagen, lo que hace que el lipsync sea crucial. En cambio, en producciones televisivas o contenido diseñado para plataformas de streaming y dispositivos móviles, donde predominan planos más abiertos y pantallas más pequeñas, la necesidad de una sincronización estricta disminuye.
El tratamiento no será el mismo para boca claramente visible y definida cuando está en primer plano que para un rostro que apenas se ve.
Sin entrar en demasiados detalles, la animación también presenta distintos enfoques desde su concepción. En un extremo, tenemos producciones como las de Pixar, donde el uso de motion capture y la meticulosa animación facial permiten “leer” los labios con precisión. En el otro, están los casos en los que las bocas apenas alternan entre dos posiciones, «abierta» y «cerrada», sin mayor articulación.
3. Destino del material
El medio en el que se estrenará una producción también influye en el nivel de sincronización requerido. Una película pensada para cines—y más aún si tiene un estreno en IMAX—requiere un lipsync más meticuloso, porque las enormes pantallas y la alta definición amplifican cualquier desajuste entre el audio y la imagen. En cambio, un video producido para YouTube, que en su mayoría será visto en pantallas pequeñas como las de celulares o tablets, no exige el mismo nivel de precisión, ya que los detalles de los labios son menos perceptibles.
4. Tiempos de producción
El lipsync exige tiempo, y no todas las producciones cuentan con suficiente margen para lograrlo. En la industria cinematográfica, donde una película puede pasar semanas en posproducción, es posible afinar la sincronización hasta el último detalle. Sin embargo, en otros formatos, como las telenovelas brasileñas o turcas, que producen varios episodios por semana, la exigencia de lipsync sería un obstáculo insostenible.
Es por eso que muchas telenovelas utilizan un sistema basado en isocronía—asegurándose de que las líneas empiecen y terminen donde corresponde—pero sin cuidar los movimientos labiales internos salvo en casos extremos. Este enfoque es el mismo que se conoce en Italia como "simil sync" y en algunos estudios angloparlantes como "loose sync". En ambos casos, el doblaje respeta la duración y el ritmo del original, pero sin buscar coincidencias exactas con los movimientos de los labios. Este método permite agilizar la producción sin comprometer la comprensión del contenido y se ha convertido en un estándar para productos de alta rotación como telenovelas y ciertos formatos de televisión.
Consideraciones económicas y de producción
El esfuerzo requerido para lograr una sincronización precisa impacta directamente en los costos de producción. La adaptación de diálogos para lipsync requiere ajustes minuciosos por parte de los escritores, además de ensayos adicionales para los actores y un mayor tiempo en la sala de grabación.
Un ejemplo claro de la importancia de estos factores se observa en la industria del doblaje en Italia. Giselle Spiteri Miggiani (2019) explica en Dialogue Writing for Dubbing: An Insider’s Perspective que el Convenio Colectivo Nacional de Doblaje italiano establece diferentes niveles de sincronización con impacto en la remuneración de los profesionales:
Sincronismo rítmico labial (sincronismo ritmico labiale): Exige una adaptación que coincida no solo en duración y ritmo, sino también en la articulación precisa de los labios.
Sincronismo rítmico no labial (sincronismo ritmico non labiale): Se ajusta la duración y el ritmo, pero sin atender estrictamente a la sincronización labial.
Oversound y voice-over: Modalidades en las que la sincronización labial no es prioritaria, como en documentales o comentarios en off.
Impacto en la naturalidad del diálogo
Uno de los mayores riesgos de priorizar en exceso el lipsync es que puede dar lugar a diálogos artificiales o forzados. En ocasiones, la necesidad de hacer coincidir la traducción con los movimientos labiales lleva a estructuras gramaticales poco naturales o a frases que, aunque sincronizadas, resultan extrañas para el espectador en el idioma de destino.
Como dice Änne Troester (Traductora y guionista de doblaje), "Puedes engañar a los ojos, pero no al oído". La eterna pregunta sobre si es más importante la sincronización labial o la fidelidad del contenido tiene más matices de lo que parece. Un ejemplo claro es cuando en Grey’s Anatomy, un niño pregunta «Am I gonna die?» y la traducción más natural al alemán (Muss ich sterben?) termina en una bilabial imposible de ocultar. ¿Se modifica la frase para que encaje en labios, aunque suene forzada? ¿O se respeta el contenido y se arriesga el desajuste? La respuesta es que ambas cosas importan. El efecto McGurk demuestra que lo que vemos influye en lo que escuchamos, y encontrar el equilibrio entre sincronización y naturalidad es parte del arte de la adaptación.
La clave está en el equilibrio
No se trata de eliminar la sincronización labial, sino de entender cuándo es un recurso imprescindible y cuándo puede flexibilizarse en pos de una adaptación más natural. Un buen doblaje no solo es técnicamente preciso, sino que también fluye con naturalidad en el idioma meta. Y en ese proceso, la adaptación juega un papel clave: un guion bien trabajado puede hacer que una línea encaje perfectamente sin necesidad de alterar el significado original.
Fuente: Spiteri Miggiani, Giselle. Dialogue Writing for Dubbing: An Insider's Perspective. Palgrave Macmillan, 2021.
¡Ayúdame a escribir el artículo definitivo sobre lipsync!
Este newsletter ya tiene 1.748 suscriptores y mi meta es llegar a 2.000. Si te interesa el mundo del doblaje y la adaptación de diálogos, suscríbete y comparte. Cuando lleguemos a la meta, escribiré una entrada definitiva sobre la técnica del lipsync: desde la adaptación del guion hasta el trabajo del actor y los ajustes en postproducción. Es por eso que, por ahora, los doblajes con TTS (texto a voz) aún no logran resultados convincentes. ¡Vamos a desmenuzar el proceso en detalle!
Este newsletter siempre será gratuito, pero si consideras que el contenido merece apoyo, te invito a colaborar conmigo a través de estos botones. Los primeros tres son para suscribirte mensualmente en pesos, a través de Mercado Pago. (Recuerda que puedes darte de baja en cualquier momento si así lo deseas). Y si estás en el exterior puedes hacerlo a través de PayPal (También con una suscripción mensual o un único aporte). Tu contribución será una forma de respaldar mi trabajo y ayudar a que este proyecto siga creciendo.
Por favor, si no puedes hacerlo no te vayas, ¡Corre por mi cuenta la invitación para que sigas leyendo!
Y MUCHÍSIMAS GRACIAS A LOS QUE YA ESTÁN COLABORANDO.
Escena poscréditos:
Esta vez no quería que la génesis de este artículo los distrajera del tema central, pero aun así me pareció interesante incluirla. Todo comenzó con una publicación que vi en Instagram, sobre una escuela de España, que les comparto aquí:
En ella explicaban muy bien el proceso de lipsync, demostrando con un ejemplo práctico algo clave: no siempre se trata simplemente de contar sílabas. Pero más allá de lo técnico, la publicación me hizo reflexionar sobre algo que tal vez no era el foco del post: la obsesión con el lipsync dentro de la industria frente a la percepción real del público. ¿Es realmente una prioridad para la audiencia? Admito que tal vez no era el lugar indicado para llevar adelante un debate semejante.
Antes de seguir, veamos una comparativa breve que preparé:
Me parece un buen ejemplo para cerrar lo que vengo planteando. Se suele argumentar que la coincidencia de bilabiales es crucial, pero la popular versión latinoamericana de cierta escena icónica demuestra lo contrario: nunca nadie se quejó de que «no quedara en boca». Para mí, escuchar a un niño decir «en ocasiones» en lugar de algo más natural aleja mucho más que cualquier ajuste de sincronía fonética.
Y si nos ponemos a hilar fino, tampoco es cierto que la segunda /p/ de «people» en el original esté tan pegada al final como para que en la traducción en «/v/eo /m/muertos» se pudiera hacer coincidir perfectamente, ni siquiera en posproducción. Así que, en definitiva, no es la solución mágica.
Lo que quiero decir con esto —quizá adelantándome a un futuro artículo sobre lipsync— es que muchas veces no hay una única respuesta correcta. Como decía Änne Troester más arriba, hay momentos en los que simplemente hay que elegir, y esa elección, en última instancia, es cuestión de criterio y de gusto.
Me llevo tu idea sobre que la clave está en el equilibrio.
Apenas trabajando en un proyecto complicado me pasó que se hicieron muchos cambios porque consideraban que no había un sync perfecto sobre labiales, a pesar de que algunas líneas o personajes no estaban a cuadro. Y esto me hizo pensar mucho sobre el tema para intentar mejorar el ritmo de mis scripts. Dejando de lado claro si se trataban de cambios de estilo o no.
Los tiempos de producción están influyéndoos demasiado en la calidad de los proyectos. Y mucha gente (al menos en doblaje en México) desconoce el loose sync que algunos clientes permiten en estos casos donde no hay boca en pantalla.
En los casos de animación he escuchado que algunos estudios que incluso piden ignorar el audio original ya que "no está sincronizado con las bocas" (de la animación), por lo que se complica un poco lograr cubrir frases o ideas muy largas.
Siempre terminamos hablando de la naturalidad del español que a veces se convierte en dubesse o en un español muy artificial de la televisión. El producto final traduce una conversación y siempre será necesario cuidar la fluidez del diálogo.
"Veo gente muerta" es un clásico. Cierro mi comentario concordando que no siempre hay una respuesta correcta, dependerá siempre de todas las personas involucradas en el producto poder llegar a la mejor solución, aunque cada una tiene su propio estilo y como siempre he dicho, el doblaje es un mundo muy subjetivo porque cada persona tiene una visión distinta y la lengua siempre evoluciona.